miércoles, 20 de mayo de 2009

FIDE ET DIFFIDE


El cuerpo de la empresa 51 presenta una mano que lleva ojos en la palma y las yemas. Significa que, quien fia de otra persona (le da la mano), debe hacerlo con una prudente desconfianza ("difidencia", la llama Saavedra Fajardo). Porque de la confianza ciega vienen grandes males, y es siempre prudente andar con cien ojos y vigilante.

Traigo a colación esta empresa, porque tengo observado que es mal endémico en España el palmeteo en el hombro, el ir formando cuadrilla sin saber muy bien al lado de quien se marcha, y el ir pergeñando pactos que poco duran porque están fundados no en la confianza, sino en el jaleo, cuando no en el circunstancial interés común de meterle el dedo en el ojo a un infortunado tercero.

Escribe a este propósito Saavedra Fajardo:

"Ninguna cosa mejor ni más provechosa a los mortales que la prudente difidencia. Custodia y guarda es de la hacienda y de la vida. La conservación propia nos obliga al recelo. Donde no le hay no hay prevención. Y sin ésta todo está expuesto al peligro. El príncipe que se fiare de pocos gobernará mejor su Estado. Solamente una confianza hay segura, que es no estar a arbitrio y voluntad de otro"

"Tan importante es en él [príncipe] la confianza como la difidencia. Aquélla es digna de un pecho sincero y real, y ésta conveniente al arte de gobernar, con la cual obra la prudencia política y asegura sus acciones. La dificultad consiste en saber usar de la una y de la otra a su tiempo, sin que la confianza dé ocasión a la infidelidad y a los peligros por demasiadamente crédula, ni la difidencia, por muy prevenida y sospechosa, provoque al odio y desesperación, y sea intratable el príncipe no asegurándose de nadie"

El nuestro es un país de banderías. Es inteligente seguir (tambien en esto) al sabio diplomático barroco. Dada la incomodidad de portar ojos en las manos, yo aconsejo tener bien abiertos los del semblante, para poder así discernir lo verdadero de lo aparente, y fiar solo de personas rectas, de criterio independiente, firme y bien expresado.

6 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Aquí hay una vocación gregaria que dura lo justo;cuatro voces en el momenton de la discusión algida,encoleramiento momentaneo,dos puñetazos en la mesa del café y ....se acabó.
Luego,a tragar.

Anónimo dijo...

"Sed humildes como Palomas, y astutos como Serpientes" (Jesucristo)

...Y Él sí que nos conocía...

El Filóloco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Filóloco dijo...

Estimado Cartas Marruecas:

Eres merecedor de un Premio Pedagogia do Afeto, que puedes recoger en El Filóloco.

¡Felicidades!

(Me gustaría que también colaborases en Di Lo Ke Kieras. Si quieres, puedes pedirme permiso de escritura escribiéndome a elamigodeloslocos@gmail.com).

Anónimo dijo...

Abundando en tu teoria (cierta, ciertísima, como lo contrario sería falsa, falsísima), de que el gregarismo es el espíritu y vocación de los mediocres, y por ello media y un cuarto de Espña son mediocridad absoluta, el FILOLOCO te persigue porque ha empezado a ver que muchos han descubierto su máscara de trasnochado ultra con ínfulas de dirigente, y pretende adherirte a cuelesquiera de sus seis mil blogs de chatarra.

Mi consejo es que ni le cites más y que vivas como si no existiera.
Un abrazo

El Filóloco dijo...

Gracias, Tellagorri, por tus amables palabras que dicen mucho de tu siniestro espírutu, pero yo no me dirigía a ti, sino a personas bien educadas, como Cartas Marruecas.

No sé qué habrá habido entre los de Red Hispania y tú, pero un día nos sorprendiste a todos llamándonos "fascistas", como si en algún momento te hubieras creído que te metías en el blog de las Senectudes Socialistas.

Tu hipocresía quedó manifiesta con ese insulto generalizado y ahora me sorprendendes a mí en concreto llamándome "ultra", acusándome de tener "ínfulas de dirigente" y hablando de la "mediocridad" ajena. Tu ridícula soberbia asomada a una frágil torre de marfil desde la que te quieres distanciar de los demás no conoce límites. Pero gracias. Gracias por mostrar tu verdadera faz: la de la hipocresía en estado puro, la de la ebullición de la impotencia frustrante.

Y a lo que íbamos: Cartas Marruecas, estás invitado a Di Lo Ke Kieras para hablar, no sólo de política, sino de lo que quieras.