martes, 26 de mayo de 2009

FORMOSA SUPERNE

Vivimos en una época de discursos adormecedores. Tras su aparentemente impecable aspecto formal, cuajado de conceptos suaves e irreprochables (la solidaridad, lo "social", lo "medioambiental", la igualdad, la justicia, lo "sostenible") se esconden, en no pocas ocasiones, realidades mucho menos gustosas, cuando no agresivas ofensas a nuestro particular criterio y albedrio. Conviene mirar debajo del mantel, husmear tras de los dorados retablos, pues se suele esconder la basura en tales sitios, y donde creemos que hay ponderación y raciocinio se puede esconder las más aviesas intenciones.

No es otra cosa la que propone Don Diego Saavedra Fajardo en esta septuagesimo octava Empresa. Es su motivo una sirena, y lo explica así:


Lo que se ve en la sirena es hermoso. Lo que se oye, apacible. Lo que encubre la intención, nocivo. Y lo que está debajo de las aguas, monstruoso. ¿Quién por aquella apariencia juzgará esta desigualdad? ¡Tanto mentir los ojos por engañar el ánimo, tanta armonía para atraer las naves a los escollos! Por extraordinario admiró la antigüedad este monstruo. Ninguno más ordinario. Llenos están de ellos las plazas y palacios. ¡Cuántas veces en los hombres es sonora y dulce la lengua con que engañan, llevando a la red los pasos del amigo! ¡Cuántas veces está amorosa y risueña la frente y el corazón ofendido y enojado! ¡Cuántas se fingen lágrimas que nacen de alegría!.
Y sigue:
No es menos peligrosa en las repúblicas la apariencia fingida de celo, con que algunos dan a entender que miran al bien público, y miran al particular. Señalan la enmienda del gobierno para desautorizarle. Proponen los medios y los consejos después del caso, por descubrir los errores cometidos y ya irremediables. Afectan la libertad, por ganar el aplauso del pueblo contra el magistrado y perturbar la república, reduciéndola después a servidumbre. De tales artes se valieron casi todos los que tiranizaron las repúblicas.
Palabras de otro siglo, pero tambien del nuestro.

2 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Ayer mismo leía que ya en 1938,se hablaba del "peligro" del cambio climático, del deshielo de los polos y que más de uno se había llenado los bolsillos recaudando dinero para "evitarlo".
Ya decía Pérez Reverte,que cada vez que oye palabras como solidaridad,desarrollo sostenible o igualitarismo,se echa a temblar por que alguno se lo va a llevar crudo, y a otro le van a meter la mano en la cartera.

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Tal Cual. Yo siempre cuento cáunto tardan en generar un impuesto sobre el particular.