jueves, 4 de junio de 2009

NO VOY A VOTAR

Se suele relacionar la abstención con cierta dejación de las responsabilidades ciudadanas. y se suele tildar al abstencionista de "débil civil". Hay que votar, nos dicen, porque si no lo haces pierdes el derecho a protestar o a quejarte, o incluso a opinar sobre política. Pareciera que el voto fuera una especie de salvoconducto´. Votas, luego opinas. Votas, luego existes.
No es así. Yo no voy a votar el domingo. Ni este ni ninguno de los que han de venir. Me asquea y me ofende la querella política. Las banderías me enfurecen. Aborrezco profundamente que me confundan con la chusma que se traga los mítines, los videos, los carteles y las consignas. He reflexionado largamente (mucho más largamente que todos y cada uno de aquellos que van a votar el domingo) y he llegado a la conclusión de que la teoría del "mal menor" es, quizá, el mayor de los males.
Entre la escila de un Partido Socialista echado al abrupto monte de la mentira y la indecencia, y la Caribdis de un Partido Popular acomplejado, seguidista y menor, se han instalado una legión de listillos, de oportunistas, de arrimacandiles y de ultras de todo pelaje. Ni unos ni otros me van a impedir disfrutar de un día perfecto. Sin política. Sin políticos. Con la única obligación de vivir en paz conmigo mismo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece perfecto.
Muchos de los que votan lo hacen por FASTIDIAR a otro Partido, otros lo hacen como quien está obligado a ir a misa por razones religiosas.

Y luego algunos votan por tradición, sea familiar o de inculcación sin haber analizado otras opciones.

Muy pocos votan porque crean que es lo mejor para la prosperidad del país, el voto a ese Partido al que votan.

Por consiguiente (frase del gatazo Gonzalez), la opción actual de quien piensa, analiza y compara sobre el bienestar del país, ES NO VOTAR.

cartasmarruecas dijo...

Me alegra que compartas mi juicio, Javier. A mí una de las cosas que menos gracia me hace son los que se dicen liberales que, por no votar al PP, acaban votando a Alianza Nacional, Unidad Española o cualquier engendro ultra. ¡¡Anda que no está colgada la gente!!

Un abrazo, y mi enhorabuena por la serie de artículos sobre ciudades europeas.

Anónimo dijo...

Querido autor;

Mira, yo creo que debemos votar para lograr que haya un partido bisagra entre PP y PSOE con vocación nacional y no como ha pasado estos 30 años con nacionalismos... al menos intentarlo. Y ahora más que nunca es posible. Tienes ahí a UPyD y otros así, que aunque a mi me hacen tanta gracia como a ti, al menos pueden ser la alternativa a las bisagras nacionalistas.

Yo ya he votado por correo desde Thule. He votado un voto útil a ese partido que espero sea la bisagra entre PSOE y PP, aunque su "dirigenta" no sea especialmente de mi cuerda.

Piénsalo.

Trueno

Natalia Pastor dijo...

La clave del asunto es lo que comentaba el otro día con un antiguo profesor de Procesal de la Facultad:¿a quien favorece la abstención?.¿Va a cambiar algo si la abstención es del 60%?,¿Se dará legitimidad a unas elecciones donde se de una participación tan paupérrima?.
Yo ya llegué a la conclusión hace tiempo,que a esta partitocracia que padecemos les da absolutamente igual la participación y nadie duda de la legitimidad de un resultado,ni cuestiona el sistema.
La prueba última está en al aprobación del Estatuto de Andalucia con un 38% de participación en el referéndum.
Les da absolutamente igual nuestro hastio,Alfredo.

Rubín de Cendoya dijo...

Haces bien en seguir lo que te pide el cuerpo.

Sólo una reflexión que a mi me lleva a votar: en función del número de votos se reparten los escaños y si hay pocos votos es más fácil para los malos de II sacar uno con el apoyo de los etarras.

Eso creo que es motivo suficiente para votar auque sea torciendo el gesto.

Salud