El maestro Victoria tiene la rara virtud de sobrecogernos, de sacar nuestro espíritu de sus casillas. En esta memorable página de su Requiem, envuelve el emocionante texto del libro de Job en una de las más bellas músicas vocales. Nunca me he cansado de escucharla, y nunca he dejado de sentirme transportado a lo Alto.
Disfrutenlo, y sean felices. Lo de la boda es porque Isabel y yo nos casamos hoy a las 13.00. Haré un brindis por Vds, aunque sean en privado.
2 comentarios:
Felicidades,querido Alfredo.
Un beso, muy, muy fuerte para los dos.
ENHORABUENA. Os deseo todo lo mejor.
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