lunes, 28 de septiembre de 2009

LA CASA DE BERNARDA ALBA

Martirio: ¿Qué piensas, Adela?

Adela: Pienso que este luto me ha cogido en la peor época de mi vida para pasarlo.
Magdalena: Ya te acostumbrarás.
Adela: (Rompiendo a llorar con ira) ¡No , no me acostumbraré! Yo no quiero estar encerrada. No quiero que se me pongan las carnes como a vosotras. ¡No quiero perder mi blancura en estas habitaciones! ¡Mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la calle! ¡Yo quiero salir!


La juventud es (debería ser) un tiempo de vitalidad y de alegría. Federico García Lorca, autor tan caro a las izquierdas españolas, lo entendió muy bien, y así pudo componer ese portento teatral titulado "La Casa de Bernarda Alba", texto en el que encierra a sus jóvenes protagonistas  en una caldera de opresion, y un negro, negrísimo luto.
La semana pasada se produjo en España un intenso y variopinto debate, desencadenado por la inevitable publicación, y la explosiva divulgación de una fotografía de las hijas del Presidente del Gobierno. Dicho debate, como siempre en estos casos, ha sido variado en sus argumentos, no siempre lo suficientemente desapasionado, y en ocasiones rayando o incurriendo descaradamente en el insulto y el mal gusto.
En mi particular opinión, el debate sobre la pertinencia o no de publicar dichas fotografias está completamente fuera de lugar. El Presidente debería saber que, cuando viaja fuera de España, deja de regir nuestro peculiar "ius" consuetudinario, según el cual los medios de comunicación son delicadamente sensibles a las sugerencias del poder, y pasa a operar otro tipo de costumbres, algo menos brumosas. La fotografía, mal que le pese a Zapatero, no se la tomaron a las niñas. sino a Obama, y fue publicada precisamente porque fue hecha para publicarse. A Zapatero y su particular manera de ver la vida debe achacarse el hecho de que sus hijas aparezcan en dicha foto. Si su preocupación era que no se sepa quienes, o cómo (que es lo más probable) son sus hijas, era tan sencillo como dejarlas en el cole, y esperar a la visita de Obama a la Moncloa, dentro de unos meses, para obtener la ansiada foto de las jóvenes con el líder. Hasta aquí, la parte política.
La sempiterna y malévola costumbre hispana de sacudir candela sin piedad a todo aquel que muestra, aunque solo sea colateralmente, signos de no responder a un canon estético praxiteliano se ha desencadenado, en esta ocasión, más furibundamente que nunca. Se podrá discutir privadamente si las muchachas son más o menos agraciadas , pero siempre de puertas adentro, y mostrando una generosa disposición a mirarse antes en el espejo, no vaya a ser (como suele) que los censores sean aún menos agraciados que los censurados. Hasta aquí, lo somático.
El torpe aliño indumentario, que decía don Antonio Machado, es ya otra cuestión. Cada cual viste como quiere, sin duda alguna. No cabe discusión al respecto. Tambien es cierto que ese libre albedrio puede quedar condicionado o modulado por el hecho incuestionable de que la visita de Zapatero a EEUU era oficial, y que por lo tanto las muchachas dejaban de estar en visita estrictamente privada, máxime cuando posaban con el Presidente Obama. En ese momento, mal que les pese, pasar a formar parte de la delegación española, y se les debe exigir corrección, cierto respeto protocolario y, en cualquier caso, una cierta dosis de estilo que, estrepitosamente, brilló por su ausencia. Está muy bien ser gótico, punki, mod, churrigueresco o fallera mayor, pero todo eso cede ante el hecho de que son hijas, y viajan como tales, del Presidente del Gobierno. Según la perniciosa doctrina por la cual no estarían sujetas a protocolo, podrían haber hecho una higa a las cámaras, o gargajear en el suelo sin que la imagen de España quedara afectada en modo alguno. La reducción al absurdo demuestra que los pelotilleros oficiales yerran. Las muchachas se equivocaron. Hasta aquí, el estilismo.

Pero lo político, lo somático o el estilismo no agotan la cuestión. Ni siquiera considero que sean lo más importante. Hay algo que discurre por debajo de lo anteriormente expuesto,  y que es de mucha mayor enjundia, porque afecta no a las niñas, sino al Presidente, y no a lo que el Presidente dice o hace, sino a cómo es. Y cómo es un político es lo que acaba determinando lo que dice y lo que hace. Nos hemos acostumbrado a una mercadotecnia omnipresente, que determina hasta el más nimio detalle servido a la opinión pública. Pocas veces se abre una ventana y nos es dado contemplar el interior de una casa, que es cuando realmente se puede llegar a atisbar como somos, de verdad, las personas. Esa ocasión se ha producido ahora, y nos permite sospechar como funcionan las cosas en casa del Presidente. Y lo que vemos es que el Presidente que ejerce con mano de hierro el mando en su partido, y ejerce el Poder cuasi omnímodamente en España, o bien no tiene la mínima consideración por sí mismo, por su familia y por su país, o bien la tiene pero es incapaz de ejercer una autoridad suficiente como para conseguir que dos mocosas se presenten medianamente aseeadas en una recepción oficial. Hasta el más humilde bracero es capaz de conseguir que sus retoños se suenen los mocos antes de saludar a las visitas. Zapatero no. O no le parece menester o no es capaz de imponerse. Ninguna de las dos cosas le deja en buen lugar.
Zapatero es un hombre oscuro. Esa defensa de la alegría que el y sus corifeos pregonaban hace un año y medio era, una vez más, una entelequia. Sus hijas podrían haber aprendido, en León, que el verdadero gótico es belleza y luz, no la luctuosa y risible oscuridad con que se cubren.






8 comentarios:

Anónimo dijo...

BRILLANTÍSIMO, bilbaimo de Navarra.

Estoy de acuerdo en que cada quién se ponga lo que les salga, pero si es en visita oficial de Estado esas niñas no debieran de estar ahí, de entrada, y si a pesar de romper el protocolo internacional las lleva indumentadas así, es por una razón que tú apuntas :

Este tío es el pito del sereno en su casa y sus niñas están peor educadas que las hijas de un punky.

Sospecho que esa familia es una cuadrilla de palurdos con pretensiones de ser alguien, y que en ningún momento tienen capacidad de valorar cual es el estilo exterior que deben de mantener siendo el Papi un Presidente de Gobierno.

Las niñas éstas teminarán haciendo cosas sonadas, cuando dejen de vivir en la Moncloa, y es casi seguro que serán protagonistas baratillas de programas televisivos de los más basuras.

Unknown dijo...

Al final el ZP es el más inteligente de todos, con los vestiditos de las niñas nos hemos olvidado, o aparcado los temas más espinosos.

A mi lo que me molesta, no es el como vistan, o hablen (para mal hablado yo, y para poco gusto vistiendo el que escribe, y feo ni te cuento), lo que más me toco la "moral" es que papa y mama Rodriguéz, están para proteger a las niñas (tampoco criticable, y muy de alabar), pero si yo como padre tengo derecho para proteger la intimidad de mis hijos, pero ese derecho el mamarracho este se lo pasa por el forro, para si mi hija esta preñada no pueda decir ni mú.

Y ya se sabe, en casa del "zapatero" cuchillo de palo. Lo cambie un poquillo pero queda bien. Magnifica reflexión.

Fernando dijo...

Espléndido comentario. Mis felicitaciones.

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

El fundador de Mago de Oz cuent la siguiente historieta, muy reveladora.

"Fuimos a La Moncloa una selección de músicos españoles: Alejandro Sanz, Bisbal, Estopa... y 'Mägo de Oz'. Y Zapatero me dijo: '¿Os importa que vengan mis hijas? Es que son fanáticas de Mägo de Oz'. Las niñas tendrían 10 y 8 años. Y yo, todo pelota, senté en mis rodillas a la pequeña y le pregunté cuál era la canción que más le gusta de Mägo, pensando que iba a decir 'Fiesta Pagana' o alguna así. Pero la niña se me queda mirando y me dice: 'La que más me gusta es Polla dura no cree en Dios'. Yo me quedé helado. El presidente no lo oyó bien y dijo: '¿Cuál, cuál?'. Y Alejandro Sanz, que sí la había oído, salió al quite diciendo: 'No, nada, presidente, uno de estos títulos rockeros".

El mismo Zapatero reconoce no tener autoridad en una entrevista en El Mundo

"Mi mujer, siempre que me increpa, es por mi tolerancia con mis hijas. Reconozco que soy bastante permisivo con ellas y a veces dudo de si debería ser algo más exigente. Sonsoles me refuta esa manera de ser. Pero es que forma parte de mi filosofía de la vida: mejor incentivar con estímulos, no con imposiciones. El mayor estímulo que quiero que reciban es que se hagan a sí mismas y ponerme siempre en el lado más comprensivo"

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Gracias, Javier, Pol y Fernando, por vuestros comentarios.

Natalia Pastor dijo...

Magnífico post,Alfredo.
Te cuento lo último de lo que me he enterado:los escoltas que custodian a Alba, la hija mayor de Zapatero, están hasta los mísmisimos webs, por que dado que la niña va vestida de gótica y con maquillaje para palidecer la piel y dar aspecto fúnebre, los escoltas no pueden ir con traje o con vestimenta sport, por que llaman la atención y van... ¡¡¡¡¡¡¡¡VESTIDOS DE GÓTICOS!!.
Gente con un montón de años y expedientes extraordinarios,disfrazados como si fuera carnaval.
Increible.

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Jeje, Natalia, esto epieza a parecerse a ciertas pinturas de Gutierrez Solana.

isra dijo...

Es difícil no hacer sangre con esas fotos y esas pintas, sobre todo aquí, aunque como dices, lo verdaderamente importante es que en esa foto representaban a España, no era una visita particular para alardear con las compeñeras de haberse echado unas fotos con un impresentable casi tan grande como papá.

Y lo peor es la conclusión, es un pelele en su casa, por eso, esa frustración, es la que le hace echar tan mala baba en su manera de (des)gobernar.

Y terminando, el contenido demoledor y el continente exquisito.