miércoles, 26 de agosto de 2009

ARANA GOIRI. UNAS NOTAS SOBRE SU ENFERMEDAD

Vaya por delante una declaración de intenciones. Este artículo no es más que un intento de reunir algunas informaciones, en absoluto novedosas, aunque quizá sí dispersas, sobre la enfermedad que llevó a la tumba a Sabino Arana Goiri, a los treinta y ocho años de edad, en 1903. La fecha de su muerte, lejana, no lo es tanto que nos obligue a hacer aventurados diagnósticos de suposición, basados en textos oscuros o en testimonios dudosamente fiables. No es un caso de paleopatología, o de patología infusa. Sabino Arana murió de hipoadrenalismo, más conocida como enfermedad de Addison o “diabetes bronceada”, por ser la hiperglucemia y la pigmentación de la piel dos de sus síntomas característicos.

Una de las causas principales de hipoadrenalismo es la tuberculosis de las glándulas adrenales, Pudo ser también así en el caso de Arana, que la contrajo en fecha tan temprana como 1881. Estuvo gravemente enfermo, diagnosticado de “tisis galopante”, y llegó a recibir el viático. Sólo en la noche del 21 al 22 de Junio de 1881 la enfermedad hizo crisis y se salvó. Tenía 16 años, y le quedaban dos de convalecencia, y veintidós de vida. En esta convalecencia (cosa que suele repetirse con frecuencia) tuvo tiempo de iniciarse en el vascuence, y de, por intermediación de su hermano Luis (más tarde Koldobika), experimentó la revelación política que gobernó el resto de su vida.

Arana aparece de nuevo enfermo en 1901, minada la salud “por el trabajo” hasta hacer recordar los graves momentos pasados veinte años antes. Podían ser, sin duda, los síntomas de la enfermedad de Addison, sin duda ya avanzada.

En el año siguiente (1902) se producen algunos hechos dignos de mención.
En primer lugar, el 25 de Mayo, el célebre cablegrama a Th. Roosevelt, que tantos disgustos había de causarle, además del juicio que le siguió (7-8 de noviembre), los cinco meses largos de prisión, y el posterior destierro a Francia.
Estaba ya gravemente enfermo. Su hermano Luis escribió el 2 de Febrero de 1903:
“Le encontré de mal color, negro amarillo, con ese color caracteristico de los que padecen del hígado. No me gustó nada su aspecto”. Era, aunque Luis todavía no podía saberlo, el color atezado de los enfermos de Addison. Lo sabría en Agosto de 1903, cuando el doctor Iruarriziaga hizo el diagnóstico fatal. En octubre hubo una recaida, con síntomas gastrointestinales e inapetencia. El deceso se produjo, finalmente, en la madrugada del 25 de Noviembre.

Es sabido que en numerosas ocasiones el enfermo de Addison sufre alteraciones mentales, siendo muy típica la depresión. No me cabe duda de que una naturaleza sustancialmente taciturna como la de Arana, sometida a la tensión moral de sus últimos años, y con el sustrato patológico de su enfermedad endocrina, pudo atravesar una grave depresión, que podría haber tenido algo que ver en las aparentemente erráticas decisiones políticas de sus últimos años, incluida la famosa tentativa de fundar un partido vascoespañol.

Espero que estas notas redactadas a salto de mata les hayan resultado de interes.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

PLAS,PLAS,PLAS, bravo Alfredo, es una información propia de un sabio, tal como tú lo demuestras cada día.

Ahora ya podemos situar al personaje en su contexto personal de hipocondriaco-depresivo, burgués señoritingo dedicado a vivir de rentas (las que le producían los caseríos de su familia), y sin más forma de pasar el tiempo que fabulando y fantaseando.

isra dijo...

Para mí sí, está claro que ese hombre se quedó trastornado por la enfermedad que acarreaba y que le dotó de ese grado de locura necesario para escribir lo que escribió.

Pero bueno, el problema al fin y al cabo no es loco, es pensar como hay cientos de miles de personas que siguen al loco y son capaces de matar por las mentiras e invenciones de un loco.

Ya comentaste a Tellagorri que ibas a dar algunas pinceladas del loco, pues estaré de los primeros para aprender un poco más, aunque con el tema vasco me pasa algo muy curioso, cuanto más sé menos entiendo.

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Maestro Javier: muchísimas gracias por el cumplido. Ya ves que no hay más que pincharme para que embista... ¿Debo ser de encaste navarro!. Lamento no haber incluido notas o referencias, pero algunas cosas iban de memoria, otras están en libros que tengo en la casa de Bilbao, y ando escribiendo, como he dicho, a salto de mata.

Amigo ISRA: lo que he leido sobre en nazismo (que no es poco), me ha hecho entender que lo más importante, quizá lo único realmente importante, es desterrar de nuestras categorías explicativas la locura. La locura y la naturaleza diabólica expulsan a ciertos personajes (Hitler, Stalin, Arana) de nuestro marco conceptual. Los hace "extrahumanos" y eso, en el fondo nos tranquiliza. A resultas de todo ello se acaba diciendo que "aquello" no se puede repetir. Falso. Son humanos, incluso, como dijo Nietzsche, "demasiado humanos". Os invito, si no lo habéis hecho ya, a leer la biografía de Hitler escrita por Kershaw, sobre todo los capitiulos dedicados a la infancia y juventud, y muy especialmente la época vienesa. ¿Quien puede decir que no conoce, auqnue sea de oidas, a alguien que es hoy como era Hitler entonces?. COmplementadlo con la lectura del libro "Hitler, mi amigo de juventud", de August Kubizek. Lo que se relata atañe aun hombre, no a un demonio, y probablemente, en ese momento, no a un loco en el sentido médico (si lo tiene) de la palabra.
Cuestiones complejas. Reconozco que a veces tiendo a hilar demasiado fino...¡pero es mi deporte preferido!.

La serie "Parva Sabiniana" está en preparación. Espero poder publicarla a partir de mediados de septiembre.

Fernando dijo...

Tengo verdadera obsesión por aprender más y más (Historia, Literatura, Románico...) Cuando pude no supe aprovechar bien el tiempo y ya se sabe, ahora no se puede andar hay que galopar.

He conocido recientemente estas páginas de opinión (Tellagorri, las tuyas...) y me alegro de haberlo hecho. Me siento cómodo al leer vuestros comentarios y poder participar modestamente. Mi nivel lo conozco de sobra, pero...!A GALOPAR!

Muy interesante, tu comentario de hoy sobre S. Arana.

Por cierto, su viuda, que debió ser obligada a pasar una prueba de pedigrí, para poder calentar la cama del siniestro personaje, cuando ¡por fin! enviudó y pudo ser libre del tirano Arana, ¿Se refugió aliviada en los brazos de un carabinero o guardia civil burgalés, casándose con él?

Saludos.

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Lo del pedigrí es cierto. 126 apellidos vasocos organizados en un arbol genealógico tenía registrados Sabino de su futura esposa. Hasta le cambió el apellido. Se llamaba Nicolasa Achicallende, y lo dejó en >Achica, que era más puramente euskaldún (según él, claro está). Lo del carabinero esta "sub judice". Lo malo de Sabino es que hay pocas fuentes neutrales. Hablande que si al final casó con un pescador... Intentaré cnseguir algún dato más. Prometo un post sobre el matrimonio de Sabino.
Gracias Fernando, por tus visitas y comentarios.

charneguet dijo...

Me he quedado con ganas de saber de que iba el telegrama que mando a Roosevelt. ¿Apoyo bélico para lograr la independencia de España?..¿Asilo político?...O como era de una capullez supina, pidió ir a los drafts para jugar en la NBA...
-!Oiga! !Que todavía no se habia inventao el Basquet!...
-!Ahivalaostia!...!Se inventa, pués!...¿O no soy de Bilbao?...

CARTASMARRUECAS dijo...

Roosevelt, Presidente Estados Unidos. Washington. Nombre Partido Nacionalista Vasco felicito por independencia Cuba por Federación nobilísima que presidís, que supo liberar la esclavitud. Ejemplo magnanimidad y culto justicia y libertad dan vuestros poderosos estados, desconocido Historia, e inimitable para potencias Europa, particularmente latinas. Si Europa imitara, también nación vasca, su pueblo más antiguo, que más siglos gozó libertad rigiéndose Constitución que mereció elogios Estados Unidos, sería libre. Arana Goiri.

Texto completo del cablgrma que Arana intentó enviar a Theodore Roosevelt. Por supuesto, el oficial encargado de cablegrafiar no solo no lo hizo, sino que dio parte, lo cual le supuso a Arana juicio, prisión y destierro.