Es curioso comprobar como el grupo ideológico progre (Europa) o "liberal" (EEUU), es furiosamente contrario a la intervención humana en cuestiones tales como la genética (rechazo visceral a la ingenieria genética y a los alimentos transgénicos), la agricultura y ganadería (rechazo frontal de las prácticas intensivas), o energético-climáticas (asunción fuera de toda crítica de los postulados calentológicos) y sin enbargo son absolutamente devotos de la intervención en cuestiones económicas (ver la cagadita Krugman a proposito de la burbuja inmobiliaria estadounidense).
Es lo que ocurre cuando se marcha al son del tambor de la ideología. La coherencia intelectual queda por los suelos, y nada puede hacer la realidad cuando se enfrenta al prejuicio.
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